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Somos un grupo que ama a las estilográficas y en general a todos los instrumentos inventados para escribir. Nos reunimos para apreciar nuestros hallazgos, valorar nuestras adquisiciones y conocer mejor este mundo. Sin mas pretensiones que la de pasar un buen rato entre compañeros de afición "

IRIS. LA PRIMERA ESTILOGRÁFICA FABRICADA EN ESPAÑA (RAFEL PUJOL)


El azar quiso que cayera en mis manos este articulo de Rafel Pujol dedicado a IRIS 

"La primera estilográfica fabricada en España" 

Yo le pedí autorización para publicarlo, y el gentilmente me lo concedió, cuando leí este articulo me pareció casi una historia romántica, como en un taller de apenas 65 metros tenia cabida una ilusión tan gigantesca creando el embrión de lo que seria la industria futura de la estilográfica.
Quizás sea pretencioso por mi parte presentaros a Rafel creo que todos lo conocéis , pero por si hay alguien que no ha tenido ocasión de conocerlo, podríamos decir que ademas de ser uno de los mayores coleccionistas de pluma hispana, seguramente el principal ademas de ser un profundo investigador de todos los procesos de su fabricación y un gran entendido en la materia yo lo definiría como arqueólogo industrial .
Gracias Rafel
IRIS. La primera estilográfica fabricada en España.

Este trabajo ha sido posible gracias a la colaboración de : 
Fernando Hernández. Archivo Histórico OEPM. Madrid.. 
Personal del “Arxiu Municipal de Barcelona” 
Personal del “Registre Mercantil de Barcelona”. 
Anna Pujol y Jordi Grabau. Tratamiento informático, ilustraciones y notas.

Es bien conocido el hecho de que la pluma estilográfica, prácticamente tal como la conocemos hoy en día, data de 1884 y fue obra del norteamericano Lewis Edson Waterman.
Waterman resolvió, de manera satisfactoria, un problema que se había resistido a cuantos lo habían afrontado antes: la alimentación regular y fluida del plumín con la tinta contenida en el depósito de la misma pluma. Lo consiguió mediante el alimentador o distribuidor, pequeña pieza que va encajada en el plumín y dotada de pequeñas y finas estrías que transportan la tinta por capilaridad; en Estados Unidos el invento tuvo un éxito casi inmediato. Con leves variantes fue adoptado por numerosos fabricantes provocando una rápida expansión de la pluma fuente (Fountain Pen) por todo el país.
La primera guerra mundial fue la principal causante, a través de su uso por los soldados americanos, de su expansión por Europa. Su popularización provocó, como es lógico, el incremento de su fabricación apareciendo fábricas en Alemania, Inglaterra, etc.


En España su comercialización en serio debió iniciarse con el nuevo siglo (el XX). En diciembre de 1907 se registró la primera marca extranjera de plumas fuente (en nuestro país, como en el resto de Europa, pronto empezaron a llamarse plumas estilográficas, denominación que se acabó imponiendo a partir de nuestra guerra civil): la “WATERMAN’S IDEAL”.
En 1919 hacía bien poco que se había acabado la primera guerra mundial (1914-1918) que ocasionó un desastre para los países europeos en ella implicados. Las pérdidas de vidas humanas, la destrucción de viviendas y de infraestructuras económicas fueron enormes y significaron un durísimo golpe para la economía no tan sólo de los países perdedores sino también para la de los vencedores. Pero hubo unos pocos países europeos, entre ellos España, cuya economía se benefició en grado sumo de la contienda bélica al permanecer neutrales y poder exportar, a los países contendientes, primeras materias, productos alimenticios y toda clase de productos industriales.



En consecuencia la economía española experimentó una notable expansión durante el cuarto quinquenio del siglo pasado. Luego, a medida que los países afectados por la guerra se recuperaban de sus consecuencias, disminuyeron las exportaciones españolas y nuestra economía experimentó una recesión durante los años veinte.
Es en este contexto, crecimiento económico y aparición de un nuevo producto ( la estilográfica ) de demanda creciente, en el que cabe situar la creación de la primera fábrica en España destinada a su producción.
El día 18 de diciembre de 1919, y ante el notario de Barcelona José Surribas, los señores Emili Soler Monés, propietario, y Manuel Carbonell Pidal, comerciante, constituyeron una sociedad colectiva bajo el nombre “ SOCIEDAD CARBONELL Y SOLER ” .
Según el acta notarial el objetivo de esta sociedad, ubicada en los bajos del número 47 de la calle Francisco Giner del barrio de Gràcia de Barcelona, era todo lo referente a la ” reparación de maquinaria pequeña y los negocios que se acuerden ” . La duración prevista de la sociedad era de cinco años contados a partir de la fecha de constitución;


Bajos del edificio del nº 47 de la calle Francisco Giner de Barcelona donde estuvo instalado el taller de la "Sociedad Carbonell y Soler"

los dos socios eran gerentes con firma individual y conjunta. El capital social fue de cinco mil pesetas aportadas al cincuenta por ciento por ambos socios; los beneficios debían repartirse por partes iguales.
Mediante una instancia, fechada el 20 de marzo de 1920, dirigida al “Señor Alcalde
Constitucional de Barcelona”, la razón social “Carbonell y Soler”, solicitó la autorización para instalar un motor eléctrico de 0,75 caballos de potencia y 220 voltios en su taller de la calle Francisco Giner, nº 47; la instancia iba acompañada de un croquis del taller y de su instalación.
El 15 de julio del mismo año el ingeniero-jefe de la sección primera “Industrias” del Ayuntamiento de Barcelona emitió el preceptivo informe autorizando la instalación.
De este expediente pueden extraerse interesantes informaciones acerca de la fábrica de los señores Carbonell y Soler. En primer lugar, en él la empresa se presenta como un taller de bisutería; en segundo lugar, el local tenía una extensión de unos 65 metros cuadrados; en tercer lugar, el motor solicitado debía sustituir un motor de corriente continua de 110 voltios y de 1/3 de caballo de vapor y, en cuarto lugar el motor, mediante un embarrado, suministraba la fuerza necesaria para hacer funcionar un torno, una pulidora, un taladro y una muela. Además el taller estaba equipado con una pequeña fragua portátil.

Como podemos ver, aunque a veces en la documentación se emplea la palabra fábrica, realmente no era más que un modesto taller.
El 9 de febrero de 1921 la “Sociedad Carbonell y Soler” instó, en el Registro de la Propiedad Industrial” de Madrid, el registro de la marca “IRIS” para identificar “plumas estilográficas y accesorios y piezas de recambio para las mismas”. La solicitud, con el número de expediente 41.462, fue publicada en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial, nº 832 de 1 de mayo de 1921. La marca consistía en un arco iris bajo el cual figura la palabra IRIS y detrás de dicha palabra una pluma estilográfica.
Toda esta documentación permite suponer que la “Sociedad Carbonell y Soler” se dedicaba, o pensaba dedicarse, principalmente a la fabricación de plumas estilográficas o plumas fuente como predominantemente se las denominaba en aquella época. En la página 4 del periódico La Vanguardia de Barcelona del domingo día 1 de mayo de 1921, encontramos la confirmación plena de esta suposición.


Plano del taller de la "Sociedad Carbonell y Soler" según la solicitud de instalación de un motor eléctrico (20 de mayo de 1920).



Logotipo de la marca "IRIS" según la solicitud de registro instada al Registro de la Propiedad Industrial (9 de julio de 1921)

En un pequeño anuncio, la “Sociedad Carbonell y Soler”, ubicada en la calle Francisco Giner, nº 47 de Gracia de Barcelona, presenta una “pluma fuente de llenado automático, irrompible, en negro o con incrustaciones de colores”, con un sistema patentado y la marca “IRIS” registrada. Dato destacable del anuncio, que la empresa se presenta como “la primera y única fábrica en España” y la pluma como “la más nueva y barata entre las de clase superior”. A lo largo de los años que siguieron apareció, en el mismo periódico, más publicidad de las plumas IRIS, publicidad que cesó a finales de 1923.

Anuncio de la "Pluma Fuente IRIS" publicado en "La Vanguardia" del 1 de mayo de 1921


Anuncio de la "Pluma Fuente IRIS" publicado en "La Vanguardia" del 19 de abril de 1920.

Con toda esta información creo que puede afirmarse con bastante certeza que efectivamente la "Sociedad Carbonell y Soler” fue la primera fábrica española en producir plumas estilográficas. La veintena (entre seguras y probables) de marcas españolas de plumas estilográficas registradas antes de 1921 lo fueron todas por marquistas (papelerías, agentes comerciales, etc.).
Lamentablemente no conozco ninguna pluma estilográfica con la marca IRIS (en 1931 el
mismo nombre, IRIS, fue registrado para objetos de escritorio por Ramón Casals Farré de Barcelona, fabricante de tintas para escribir – marca WIGTY – y en 1945 por Francisco
Nieto Molina de Madrid propietario de un comercio de relojes, máquinas de escribir y estilográficas, ambos serían pues, con referencia a las estilográficas, marquistas y pudieron, quizás, comercializar plumas con esta marca). De momento tan solo tenemos conocimiento del aspecto que tenían las plumas fuente de los señores Carbonell y Soler por la publicidad y, como veremos más adelante, por una patente.
Gracias a la amable colaboración del personal de la Oficina Española de Patentes y Marcas de Madrid he podido localizar tres patentes de la “Sociedad Carbonell y Soler” que aportan interesante información sobre las plumas estilográficas que fabricaron.

La primera patente, nº 77.266, es de invención y lleva por título “Perfeccionamientos introducidos en las plumas estilográficas. Fue solicitada el 26 de febrero de 1921 y concedida el 3 de marzo del mismo año; caducó el 1 de enero de 1925 y no hubo ninguna cesión a terceros.
En la Memoria los solicitantes afirman que las plumas fuente fabricadas por aquel entonces eran de aspecto muy poco atrayente (“poco simpático”, “monótono”, “casi repulsivo” y “fúnebre”, son algunos de los calificativos utilizados) y casi siempre negras; su propuesta consiste en mejorar su aspecto a base de piezas incrustadas o superpuestas sea a la tapa, sea al cuerpo o a ambas partes, mediante diversos sistemas (“incrustación a presión”, “ranuras a cola de milano”, “roscadas”, etc.).
Los materiales de estas piezas, de diferentes formas (bandas transversales, longitudinales o diagonales, círculos, óvalos, rombos, etc.) y colores (adoptando los de estados, naciones, regiones o municipios, o bien cualesquiera emblemas, escudos y dibujos) podrán ser diferentes materias plásticas, celuloide, hueso, marfil, etc.
La parte más interesante, para los coleccionistas, es la incorporación, como ejemplo, de dibujos coloreados de siete modelos de pluma fuente.
La aplicación de los perfeccionamientos reivindicados por la patente se solicitan tanto para las plumas de fabricación propia como para las de fabricación ajena. Es evidente que, por lo tanto, no excluían la importación dado que no existía ninguna otra fábrica en España.
La segunda patente, nº 77.505, también de invención, y titulada “Nueva pluma estilográfica de llenado automático”, fue solicitada el 21 de mayo de 1921 y concedida el 28 del mismo mes y año. Su fecha de caducidad fue el 1 de enero de 1927 y tampoco hubo cesión a terceros.
El invento consistía, básicamente, en un nuevo sistema de llenado automático; este se conseguía aprovechando la elasticidad del tubo-depósito de goma, previamente retorcido para expulsar el aire y la tinta que pudiera contener, para volver automáticamente a su primitiva posición junto con una de las piezas del cuerpo de la pluma (fijada a presión a su extremo inferior) a él unida, realizando al mismo tiempo la aspiración de la tinta (el otro extremo del tubo-depósito de goma iba fijado al porta-fuente o sea al suministrador de tinta al plumín). Realmente el modelo de llenado

Dibujos de siete modelos de la pluma fuente IRIS según la patente nº 77.266 (26 de febrero de 1921).

automático patentado por la “Sociedad Carbonell y Soler” no representa ninguna novedad en la historia de la estilográfica. El uso del tubo de goma como depósito puede considerarse como una relativa novedad en tanto y en cuanto su uso no empezó a generalizarse sino a partir de 1910.
El sistema de retorcer el tubo de goma para crear el vacío y aspirar la tinta fue ya utilizado esporádicamente en algunas plumas americanas a finales del XIX. Su uso no se generalizó pues las torsiones provocaban un deterioro bastante rápido de la goma y obligaban a sustituir el tubo.
La tercera patente, nº 77.857, igualmente de invención, titulada “Fabricación de toda clase de plumas estilográficas”, fue solicitada el 31 de marzo de 1921 y concedida el 2 de setiembre del mismo año; la fecha de caducidad fue el 1 de enero de 1925 y no hubo ninguna cesión a terceros durante el período de vigencia.
Curiosamente fue solicitada como patente de introducción para 5 años pero la concesión fue como patente de inversión para 20 años.

Plano de la pluma fuente IRIS según la patente nº 77.505 (21 de mayo de 1921).

El objetivo de la patente era la obtención de la exclusiva, para toda España, de la “construcción y fabricación de las llamadas plumas estilográficas o plumas fuente, provistas de un depósito de tinta, situado en un cuerpo tubular, dispuesto de modo que vaya suministrando tinta a una plumilla de oro u otro material conveniente con punta de acero, platino u otro metal duro”. En la Memoria se describen, de manera genérica, las partes de las plumas fuente y los diferentes sistemas de llenado, al mismo tiempo que se afirma que la industria de su fabricación no se hallaba introducida en España.
El hecho de que el Registro de la Propiedad Industrial concediera esta tercera patente como de invención a la “Sociedad Carbonell y Soler” de acuerdo con el apartado b) del artículo 12 de la Ley de 10 de mayo de 1902 sobre la Propiedad Industrial, constituye la prueba definitiva de que en el año 1921 no había ninguna fábrica española dedicada a la producción de plumas fuente o estilográficas (Igual prueba concluyente hubiera sido la concesión como patente de introducción de acuerdo con el apartado a) del artículo 12). (1).
Las patentes de invención tenían una duración improrrogable de 20 años. Cada año debía abonarse una tasa progresiva, el impago de la cual conllevaba la caducidad automática de la patente(


El objetivo de la patente era la obtención de la exclusiva, para toda España, de la “construcción y fabricación de las llamadas plumas estilográficas o plumas fuente, provistas de un depósito de tinta, situado en un cuerpo tubular, dispuesto de modo que vaya suministrando tinta a una plumilla de oro u otro material conveniente con punta de acero, platino u otro metal duro”. En la Memoria se describen, de manera genérica, las partes de las plumas fuente y los diferentes sistemas de llenado, al mismo tiempo que se afirma que la industria de su fabricación no se hallaba introducida en España.
El hecho de que el Registro de la Propiedad

En el expediente de la tres patentes figura que en el caso de la primera y de la tercera tan solo se pagaran tres anualidades, de ahí la misma fecha de caducidad (1 de enero de1925) para las dos; en el caso de la segunda se abonaron cinco anualidades y, por lo tanto, la fecha de caducidad fue el 1 de enero de 1927. De estas fechas de caducidad se deduciría que la vida de la “Sociedad Carbonell y Soler” se extinguió a finales de 1926, principios de 1927. Otros dos datos corroborarían este hecho: en la escritura fundacional figura como duración de la sociedad cinco años contados a partir de la fecha de constitución (18-12-1919) y hay evidencia documental de que en abril de 1928 en el local de la calle Francisco Giner, 47 había instalado un taller de ebanistería propiedad de Antonio Peñalver. De ser así la fabricación de la pluma estilográfica IRIS cubrió, como máximo, un período de unos seis, siete años.
Una pregunta queda en el aire, ¿la pluma IRIS fue fabricada íntegramente por la “Sociedad Carbonell y Soler”, o tan sólo algunas partes se producían en el taller de la calle Francisco Giner, mientras el resto venían de proveedores nacionales o extranjeros?.
Por el equipamiento del taller podemos deducir que no fabricaban los plumines, para ello hubieran necesitado prensas y hornos de los que no disponían. Por aquel entonces había en España unas pocas fábricas de plumillas de acero, pero no nos consta que produjeran plumines de oro para estilográficas; es, pues, probable que los plumines de las IRIS vinieran del extranjero.
Sí disponían, en cambio, de la maquinaria necesaria para fabricar el cuerpo, el capuchón y las partes internas de las plumas a partir de los diversos materiales plásticos (ebonita, baquelita, galatita, etc.) empleados usualmente en la época. También podían fabricar las piezas metálicas (clips, aros, etc.) necesaria para complementar las plumas o, en su defecto, adquirirlas en proveedores cercanos. Quizás también deberían acudir a terceros para proveerse de los tubos de goma de los depósitos.
Resumiendo, por los datos que tenemos cabe presumir que la pluma fuente IRIS fue fabricada casi íntegramente por la “Sociedad Carbonell y Soler” o, cuando menos, en una proporción muy parecida a la que podemos encontrar en plumas españolas posteriores.
Por el momento, con la información de que disponemos, esta es la pequeña historia de la primera fábrica o taller que produjo plumas estilográficas en España y sobre las características de su producto: la pluma IRIS.

Rafael Pujol Marigot Barcelona . Enero 2010


NOTAS
(1) Ley de 2 de mayo de 1902 sobre la Propiedad Industrial
Título I. Disposiciones generales
Art.2. El derecho de propiedad industrial puede adquirirse por virtud de:
a. Las patentes de inversión y de introducción.
Art.3. Todo español o extranjero, bien sea persona individual o jurídica, que pretenda establecer o haya establecido en territorio español una industria nueva, tendrá derecho a su explotación exclusiva durante cierto número de años...
Art.4. El derecho de que trata el anterior artículo se adquiere obteniendo una patente y comprende, si la patente es de invención, la fabricación, la ejecución o producción, la venta y la utilización del objeto del invento, hechas como explotación industrial y lucrativa, y si la patente es de introducción, la fabricación, la ejecución o la producción, pero no da facultades para impedir la introducción y venta de objetos similares del extranjero.
Título II. Capítulo primero.
Art.12. Puede ser objeto de patente todo nuevo invento que de origen a un producto o a un resultado industrial.
Están comprendidos en la anterior prescripción:
a) Las máquinas, aparatos, instrumentos, procedimientos u operaciones mecánicas o químicas que en todo, o en parte, sean de propia invención y nuevos, pueden ser objeto de patente de invención, y los que sin estas condiciones no se hallen establecidos o practicados del mismo modo en territorio español, pueden ser objeto de patente de introducción.
b) Los productos o los resultados industriales nuevos obtenidos por medios nuevos o conocidos, siempre que la explotación de estos últimos venga a establecer un ramo de industria no practicado en el país, serán objeto de patente de invención.
(2) Ley de 2 de mayo de 1902 sobre la Propiedad Industrial
Título III. Capítulo primero
Art.47. La duración de las patentes de invención será de veinte años improrrogables si son para objetos de propia invención y nuevos.
Art.48. Para hacer uso de la patente es preciso abonar en papel de pagos al Estado una cuota anual y progresiva. . .
Art.49. Las cuotas anuales de que habla el artículo anterior en ningún caso serán dispensadas
Título VI. Capítulo primero
Art.106. Caducarán las patentes de invención y de introducción:
2a. Cuando el poseedor no pague la correspondiente anualidad en los plazos marcados por esta ley.


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